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Friday 19th of April 2024
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Arba'ín, Cuando el Amor hace Florecer los Corazones

Durante estos días, la ciudad santa de Karbalá recibe la visita de decenas de millones de peregrinos procedentes de todo el mundo que movidos por un amor y una atracción irresistibles, acuden en masa a mostrar su fidelidad, compromiso y devoción por el Imam Husayn (as) y sus compañeros martirizados cuarenta días antes en la jornada de ‘Ashurá.

ARBA’IN , CUANDO EL AMOR HACE FLORECER LOS CORAZONES

              Durante estos días, la ciudad santa de Karbalá recibe la visita de decenas de millones de peregrinos procedentes de todo el mundo que movidos por un amor y  una atracción irresistibles, acuden en masa a mostrar su fidelidad, compromiso y devoción por el Imam Husayn (as) y sus compañeros martirizados cuarenta días antes en la jornada de ‘Ashurá.

              Este fenómeno multitudinario que se ha convertido en la mayor peregrinación de carácter religioso del mundo entero, es causa de regocijo y orgullo para los musulmanes sinceros amantes de la bendita Familia del Enviado de Dios (sws) y al mismo tiempo, provoca preocupación y temor a los tiranos arrogantes que basan su poder en el miedo y la represión, pues es el testimonio vivo del triunfo de la sangre sobre la espada.

              Efectivamente, Arba’in (cuarentena en árabe) muestra que la sangre derramada en Karbalá, hace cerca de 1400 años años, hace florecer los corazones del mismo modo que el agua que hace descender Allah,  devuelve la vida a la tierra baldía y muerta, وَاللَّـهُ أَنزَلَ مِنَ السَّمَاءِ مَاءً فَأَحْيَا بِهِ الْأَرْضَ بَعْدَ مَوْتِهَا ۚ إِنَّ فِي ذَٰلِكَ لَآيَةً لِّقَوْمٍ يَسْمَعُونَ“Y Allah hace descender del cielo agua que vivifica la tierra tras su muerte y en ello hay un signo para la gente que escucha (Corán Sura al-Nahl aleya 65) , quienes acuden a Karbalá en estos días, lo hacen por amor y gratitud a un hombre que les mostró el verdadero sentido de la vida, pues tal y como nos enseñó nuestro amado Husayn con su sacrificio y el de sus compañeros, la vida con humillación y temor es peor que la muerte, mientras que la muerte por la causa de Allah es la puerta hacia la verdadera vida وَلَا تَحْسَبَنَّ الَّذِينَ قُتِلُوا فِي سَبِيلِ اللَّـهِ أَمْوَاتًا ۚ بَلْ أَحْيَاءٌ عِندَ رَبِّهِمْ يُرْزَقُونَY no penséis en absoluto que aquellos que fueron matados en la senda de Allah están muertos sino que están vivos y provistos de todo junto a su Señor” (Corán Sura al-‘Imran aleya 169).

              Arba’in significa adhesión a los ideales por los que se alzó Imam Husayn (as), los del verdadero Islam Muhammadiano, el temor a Dios, el desapego de la vida mundana, la búsqueda de la plenitud ética, el trabajo en pos de la recompensa de la otra vida, y es también oposición a los ideales de la ignorancia disfrazada de Islam que hoy como antaño rige a la mayoría de los estados islámicos,  arrogancia, riqueza, linaje, deleite mundano y ostentación.

               Arba’ in es también aprender de la historia, saber que la sangre de los mártires de Karbalá no cayó en tierra baldía sino que despertó a quienes por miedo habían negado el apoyo a Husayn (as) , tras la tragedia de ‘Ashurá, el Imam Sayyad enfermo y encadenado y las mujeres de la casa de el Enviado de Dios,  (sws) fueron enviados a Kufa y después a Damasco escoltados por soldados que portaban lanzas en cuyos extremos estaban clavadas las cabezas de Husayn y sus compañeros. En esta ocasión fue Zainab, hermana de Husayn (as) la encargada de poner en evidencia de todo aquel que presenciaba el paso de esta lúgubre caravana la magnitud del crimen que se había cometido contra la familia del Enviado de Dios (sws) y fue gracias a ella que Ibn Ziyad no fue más allá asesinando al Imam Sayyad (as). En Damasco, Zainab con gran valor y sin temor alguno, hizo responsable al Califa Yazid de lo ocurrido y le humilló ante sus cortesanos refiriendo que él , Yazid hijo de Muawiyya hijo de Abi Sufian era el hijo de la hipocresía y que esas cabezas que le habían sido traídas como trofeos eran las de los hijos de la casa de la profecía. Yazid, asustado por las consecuencias y pretendiendo exonerarse del crimen cometido, dijo que su gobernador en Kufa, Ibn Ziyad había excedido sus instrucciones y  ordenó que se devolviera a Imam Sayyad a Medina y que las cabezas de los mártires fueran debidamente enterradas junto a sus cuerpos y así, a los cuarenta días (Arba`in) de la matanza de ‘Ashurá, la bendita cabeza de Imam Husayn y las de sus compañeros, fueron enterradas junto a sus cuerpos en el lugar en el que hoy se erigen los santuarios Husayní y ‘Abassí de la ciudad santa de Karbalá.

              Las lágrimas y los temores dieron paso al arrepentimiento de los shi'a de Kufa que abrumados por la culpa de haber abandonado a su Imam tras haberle prometido apoyo, comenzaron a organizarse con el anhelo de expiar su culpa siguiendo los pasos y la suerte de Imam Husayn. La sangre vertida en Karbalá comenzaba a hacer florecer los corazones y apenas tres años después de la tragedia, el líder de los shi’a de Kufa formó un ejército de “arrepentidos” (Tawabín en árabe), que tras visitar la tumba de Husayn y prometerle que entregarían sus vidas,  se alzó contra el gobierno tiránico de Banu Umayya y con una fuerza de apenas 15 mil hombres se enfrentó a los 60 mil que Marwan (Yazid había muerto el año anterior) había enviado a Ibn Ziyad.

              Los arrepentidos mostraron haber aprendido la lección de su maestro Husayn (as) en Karbalá y lucharon hasta la muerte. No lograron acabar con el califato Umayya, pero consiguieron que los tiranos temieran la determinación de quienes estaban dispuestos a seguir la senda de sacrificio de Imam Husayn (as).

              Los corazones siguieron floreciendo de amor por Husayn y tras los arrepentidos, Mujtar al-Zaqafíu tomó el poder en Kufa y ordenó que se capturara  y ejecutara a los asesinos de Imam Husayn (as) y sus compañeros , los malditos Shimr,  Harmala, ‘Umar Ibn Sa’ad y Ubaidallah Ibn Ziyad, fueron muertos como alimañas y el Imam Sayyad (as) recibió la cabeza de Ibn Ziyad, el hombre que había ordenado cortar la cabeza de su bendito padre.

              En los años siguientes el espíritu de Karbalá se mantuvo vivo y la sangre derramada continuó alimentando la semilla del amor por la casa de de Muhammad (sws) en los corazones de la gente y las bases del poder tiránico de los Omeyas se vieron sacudidas por numerosas rebeliones, la de Zaid, hijo de Imam Sayyad (as) la de los Sada 'Abdallah e Ibrahim, biznietos de Imam Hasan (as) ya en tiempo de los ‘Abbasíes, la de Husayn Ibn ‘Ali Ibn al-Husayn (as) duramente reprimida por el Califa ‘Abbasí al-Mahdi en un paraje próximo a Meca conocido como Faj, dónde fueron martirizados un gran número de descendientes de Imam ‘Ali (as) por lo que dicha jornada fue conocida como la segunda Karbalá. Todas estas revoluciones fueron derrotadas militarmente y todos los que tomaron parte en ellas fueron martirizados, pero los tiranos constataron con horror que tan pronto como aplastaban el fuego de un alzamiento, otro prendía y se volvían a alzar los estandartes de aquellos en cuyos pechos ardía el fuego del amor por Husayn (as).

              Estas revueltas fueron sangrientamente reprimidas, pero la sangre derramada no apagó la determinación de aquellos que se declaraban amantes de la casa del Profeta, sino que como si de aceite se tratara, avivó las llamas del espíritu revolucionario de los shi'a y fue conformando la identidad de este grupo de musulmanes, esforzados, oprimidos y leales hasta la muerte a la casa de Enviado de Dios (sws).

              La represión contra los seguidores de Ahl al-Bayt ha sido una constante histórica, los califas y sultanes arrogantes prohibieron que se visitará la tumba de Imam Husayn incluso en tiempos tan recientes como la dictadura del régimen Baazista de Saddam Husayn, pero ni las amenazas ni las acciones violentas han apartado a la gente del Imam y puede decirse que el Arba’in que se celebra a día de hoy, representa el triunfo definitivo del legado husainí sobre toda clase de arrogancia, el triunfo de la verdad sobre la falsedad.

              La celebración actual  de Arba´in muestra que el mensaje que Imam Husayn (as) escribió con sangre en Karbalá es eterno y universal, ya que entre los millones que visitan su mausoleo estos días, hay personas de todos los rincones de la tierra; musulmanes y de otros credos, pues el ejemplo de Husayn (as) es una escuela de humanidad donde se encuentra la dignidad, el valor, la confianza en Dios, la serenidad ante la adversidad y la entrega generosa de todo lo que se posee, incluso de la vida en pos de la justicia y de la verdad. Es natural por tanto, que cualquier ser humano que ansíe vivir con libertad y dignidad se sienta fascinado por la figura y obra de Imam Husayn (as).

              Hoy como ayer, Arba´in es el día de abandonar el luto y manifestar con gratitud y orgullo que estamos dispuestos a seguir los pasos de Imam Husayn (as), de demostrar con número y voz que nuestro Imam con su sangre triunfó sobre la tiranía, que sus seguidores somos multitud, que su llama brilla cada día más y que para espanto de los tiranos y los arrogantes del mundo hoy en día son cientos de millones los que decimos:

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